Nada más mandar ese SMS hice reflexión y me cuestioné a mi misma si realmente no es que me apetecía o era otra la causa de mi inapetencia. Me obligué a ser sincera conmigo misma y a preguntarme cuáles eran los motivos de que estuviese ahora con tal desgana. Lo primero que pensé fue que la Primavera me desmotivaba bastante. Supongo que mi subconsciente tenía muy presente que mis dos aventuras de hacerme la dormida con Edu habían sido en puro Invierno (y además Inviernos muy fríos) y el grueso de mis historias con Rafa también habían sido en Invierno. Es como si mi subconsciente me pidiera siempre realizar las fantasías en Invierno y que se desganará completamente cuando llegaran los primeros calores de la Primavera. Esto parecía un pretexto aceptable, así como también que no me fiaba de que Rafa quisiera seguir haciéndolo en plan light y no pasar a más.
A pesar de que mis excusas y pretextos eran más que convincentes, me esforcé más en preguntarme si de verdad esos eran los verdaderos motivos y eso conllevó a revelarme (siempre a mi misma) que había una causa mucho más importante: Edu. Me reconocí que me molestaba que la relación de Edu con Graciela fuera bien, o al menos aparentemente bien. Eso me dolía y me hacía sentir incómoda y mal. No quería que rompiesen, pero sí que me enervaba al pensar que mi gran momento con Edu había ya pasado y que jamás habría nada entre nosotros. Tuve grandes oportunidades y nunca las aproveché, y ahora pagaba por habérmelo tomado todo tan a la ligera. Y cuánto más pensaba en ellos dos más me indignaba conmigo mismo, hasta el punto de que empecé a pensar obsesivamente que a lo mejor ya habían dado el gran paso de hacerlo hasta el final (no era tan descabellado pues Edu tenía ya 18 años). El pensar eso me enfadó y cabreó tanto que tuve que irme corriendo al cuarto de baño al darme una ducha que me tranquilizara los nervios.
Después de la ducha me miré al espejo, me contemplé durante muchos minutos y solo vi la expresión del orgullo herido y de la estupidez de no habérmelo montado mejor con Edu. No hacía más que preguntarme mientras me miraba en el reflejo ¿cómo puedes haber estado tan tonta de haber perdido tanto el tiempo con Rafa y no haberlo hecho directamente con Edu antes de que se echase novia? ¿Tuve años para hacerlo? Desde que pasó lo de la fiesta a los 14 años podía haber tomado la decisión de tener algo con él, aunque solo fuese un rollo sexual en plan light, pero al menos algo. Yo podía tener ahora a quien quisiera, y sin embargo anhelaba a la única persona que no podía ser mía.
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