El diario de Noa: Capítulo 91º

Quise rectificar y matizar que necesitaba tiempo para pensármelo y que ya vería si lo hacíamos, pero antes de que me diera cuenta Rafa estaba ya ilusionado y risueño como un colegial pagando los refrescos y saliendo del bar. Se le veía feliz, dichoso y muy satisfecho. En ese momentazo de euforia, viendo que yo no decía nada y que seguía descolocada por mis propias palabras, me dijo: “vale, pues si te parece bien te paso a recoger mañana a las 9 de la noche. Venga, hasta mañana”. Sin darme tiempo a asimilar todo me vi con una pose ridícula yo sola en mi portal preguntándome qué demonios había pasado y por qué demonios íbamos a realizar esa fantasía que ni siquiera quería realizar. ¿Qué motivos tenía mi subconsciente para querer realizar esa fantasía machista que tanto agradaba a Rafa? ¿Qué razones tenía mi dichoso subconsciente para tener tanto interés en que se llevara a cabo? Estaba segura de que todo tenía que ver con el obsesivo tema de Edu y Graciela que tanta frustración me causaba y, sobre todo, con la dichosa imagen de la mano de Graciela colocada en ese sitio. Fuera como fuera, ya el acuerdo entra Rafa y yo estaba ya tomada y no podía echarme ya atrás si no quería parecer una tonta.

Y debo reconocer que todos estos asuntos pseudoeróticos fantasiosos con Rafa eran un antídoto perfecto, pues a lo largo de todo el día no recordé en ningún momento todo el tema obsesionante de Graciela/Edu y me centré en la curiosidad de realizar esta nueva fantasía que tanto entusiasmaba a Rafa. Era un remedio fabuloso, el mejor de los antídotos y sabía ya muy bien que la expectación que siempre me generaba horas previas el tema de las fantasías me haría olvidar por completo todo lo acontecido el sábado anterior en el chalet. Puede que existiesen otros posibles remedios o antídotos pero en esos momentos no había nada que fuese más eficaz y eficiente que una sesión fantasiosa con Rafa para erradicar de mi mente dicha obsesión. Por ello, creo que mi subconsciente fue lo suficientemente inteligente para aceptar el ofrecimiento de Rafa aunque yo no estuviese convencida del todo. Es lo malo (o lo bueno, quién sabe) de tener un subconsciente más inteligente y perspicaz que una misma.

Por lo que nuevamente nos encontrábamos de nuevo en el chalet dispuestos a realizar esta fantasía tan especial para Rafa y tan necesaria (para olvidar mis obsesiones) para mí. Rafa llevaba una bolsa en la mano de la que sacó su camisa perfectamente lavada y planchada. Se notaba que le quedaba pequeña y que la había usado al menos dos años antes. Aunque yo a mis 17 años no era tan alta como ahora que mido 1,72 ya debía estar cerca del 1,70 por lo que era lógico que me quedase bien. Era una camisa gris a cuadros, bastante bonita y elegante. Me metí en el cuarto de baño, me quité mi jersey y me puse la camisa de Rafa. No me quedaba perfecta del todo pero sí que era de mi talla y todo el rato que estuve mirándome en el reflejo del espejo me vi bastante guapa y elegante, a pesar de llevar una ropa que no era mía. Como era habitual, no sé cuántos minutos me tiré en el cuarto de baño, solo sé que Rafa debió tener bastante paciencia pues nunca golpeó la puerta para que me diera prisa. Finalmente salí de allí dispuesta a jugar a esta nueva fantasía y a dejarme llevar, como era habitual, por las sensaciones, emociones y estremecimientos que me reportará las siguientes horas.

3 comentarios:

  1. Pues a mi me gusto... y me gustaria que continuase la historia.

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  2. A partir del miércoles 17 de Agosto seguiré publicando todos los días.

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  3. Ok, muchas gracias.
    Muy pero muy bueno la forma de relatar.

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